CARLOS CAMUS LARENAS

El Obispo  Camus un entrevistado de privilegio

·        A Monseñor Carlos Camus Larenas lo entrevisté para “El Mercurio” desde su arribo a esta Diócesis (1977) hasta el retorno a de la Democracia (1990), al decirme entonces “ya hablé ahora serán  otros”. En la recuperación de su salud, vaya esta Columna, del grato recuerdo, hacia su persona y gestión.

Como Sacerdote y Obispo, Monseñor Camus, mantuvo siempre una consecuencia y coherencia con el Mensaje del Evangelio, la Doctrina Social de la Iglesia y en la defensa de los Derechos Humanos, en  forma inclaudicable y expuesto a amenazas y ofensas, sin acallar su voz, en la época difícil del Régimen Militar.

Siempre fui recibido con deferencia y nunca  negó  una entrevista, abordando temas contingentes durante ese período y que “El Mercurio” publicara siempre, aun cuando sus declaraciones contrastaban con su línea editorial. Me acotaba, con ironía, ésto no saldrá pues “no soy santo de su devoción”.

Sus declaraciones

A propósito de la promulgación de la Constitución Política del Estado, la cual la ex – Diputada Silvia Alessandri, manifestó que  se había redactado “entre cuatro paredes y por cuatro o cinco personas”, en su visita a Linares con una delegación del Comité por las “Elecciones Libres” (además de ella, estuvo Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Sergio Molina y Edgardo Condessa), el Obispo Carlos Camus calificó a la Constitución de “inmoral”, generando críticas y ataques anónimos, obligándole a viajar hasta Valparaíso por unos días, pero recibiendo el respaldo de sus pares y de amplios sectores de la ciudadanía.

Cuando los Miembros de la Junta de Gobierno se reunieron para elegir al Presidente de la República, “El Mercurio” me pidió lo entrevistara sobre este acontecimiento. Como la resolución se conocería en la tarde, me invitó a tomar onces a su residencia, conversando de varios temas, conociendo él mi condición de agnóstico y adherente al humanismo laico. Concluimos  ambos que ambos Humanismos el laico, como el cristiano, van por líneas paralelas, pero convergen buscando el bienestar del hombre y de la humanidad. Al preguntarle, antes de conocer la decisión de la Junta, su pronóstico, me respondió “sin ser adivino, será el General Pinochet” y la demora es para justificar “lo difícil de la resolución”.

Mantuvo hasta el final, su crítica hacia la “Colonia Dignidad” por ser ella “un Estado dentro del Estado”, por las denuncias de atropellos a los derechos humanos y atentados hacia menores de su líder Paul Schaeffer, las cuales con  el tiempo y regreso de la Democracia, se comprobaron plenamente.

Frente a los ataques que recibía, con anónimos, rayados en su residencia, contestaba “hubo uno que sufrió más” (Cristo). Hizo mención al respaldo,  por su defensa de los derechos humanos que  tuvo de parte del Papa Juan Pablo II en su visita a Chile (abril 1987), quien lo saludó como “mi Obispo famoso, agregando ¡bien…muy bien!”. También del aplauso multitudinario que recibió en el Club Hípico de Concepción, al ser anunciada su presencia, ante la presencia Papal.

La última entrevista que tuve con él (fueron numerosas desde 1974, además publicadas por la edición internacional), después de la elección de Patricio Alywin como Presidente de Chile y el retorno de la Democracia, ahí me dijo “ya hablé, ahora serán otros que lo hagan”.

Breve biografía

Gracias al libro “Camus Obispo”, del Abogado y Escritor Juan Mihovilovic, editado en 1988, extracté los principales rasgos de su trayectoria.

Nació en Valparaíso, el 14 de Enero de 1929. Sus padres fueron Carlos Camus Gómez (empleado de la antigua Caja de Ahorros) e Isaura Larenas, siendo el segundo hijo de once hermanos, con ocho mujeres, Ximena, Carmen, María Teresa (Religiosa como Sor Paulina), Margarita, María Cecilia, María Elena, Delia y Paulina; tres varones, Sergio, Mauricio y Carlos.

Familia profundamente católica, especialmente su padre, que influyeron sobre su vocación religiosa; complementada con las orientaciones recibidas en los Padres Franceses, en la Acción Católica (fue dirigente y líder), de varios sacerdotes y durante sus estudios en la U. Católica, donde se recibió como Ingeniero Químico. Ingresó al Seminario el 25 de diciembre de 1949, una vez recibido, después de profundas meditaciones y retiros espirituales.

Es ordenado Sacerdote el 29 de septiembre de 1957, por el Obispo de Valparaíso Rafael Lira Infante, destinándole como Vicario en la Parroquia de Peñablanca. En 1959 siendo Obispo de esa Diócesis Raúl Silva Henríquez, lo traslada a Valparaíso a cargo de la Acción Católica y las Pastorales del Trabajo y Poblacional, recibiendo la influencia social de dicho Obispo, quien fuera después Cardenal de Chile.

Hasta 1968 se desempeña en varias Parroquias y en cargos de dicha Diócesis, encomendadas por el entonces Obispo Emilio Tagle, quien sucediera al Obispo Silva Henríquez, trasladado a Santiago.

A los 41 años Carlos Camus es designado Obispo de Copiapó, el 10 de mayo de 1968, donde continúa con su misión evangelizadora y social en favor de los pobres.

El 1 de mayo de 1974 es elegido por unanimidad Secretario de la Conferencia Episcopal, organismo que debió relacionarse con la Junta del Gobierno Militar, siendo tensas y de rechazo a sus planteamientos sobre las denuncias por los atropellos de las Derechos Humanos que se le formulaban.

El autor de esta obra, en la Pág. 77 relata el hecho, por los cuales Monseñor Camus dejó este cargo pues “era un porfiado aguijón que imposibilitaba al Gobierno sobrepasar cualquier declaración de la Conferencia Episcopal…y el conocido “Off de Record” del año 1975 cuando efectuó comentarios confidenciales, en un plano informal y un periodista los hizo públicos, faltando a la ética profesional…causando impacto en los círculos oficialista, con amplia difusión.  Otro hecho fueron las agresiones y vejámenes que sufrieron varios Obispos  entre ellos Monseñor Camus y familiares a su retorno de Ecuador en 1976, por elementos de la DINA y oficialismo.

Jugarse la vida

En la misma  Pág. 77,  en uno de sus párrafos destaca el perfil que caracterizó la consecuencia de este Obispo: “cuando considera que la Iglesia defiende la dignidad del hombre, está cumpliendo con un servicio fundamental para la sociedad civilizada, y está también, evangelizando a todos los creyentes, diciéndoles que la palabra de Cristo no sólo son hermosas, sino que son palabras verdaderas. Y que, en consecuencia, vale la pena jugarse la vida por ellas.”

En Linares

En abril de 1977 asume como Obispo de esta Diócesis, sucediéndole a Monseñor Augusto Salinas Fuenzalida. En su acción profundiza la evangelización mediante la acción rural y en la ayuda fraterna, creación de Capillas en diversos sectores urbanos y rurales, con catequesis, comunicaciones, en lo educacional y pastoral juvenil, con una política de Iglesia abierta hacia la comunidad. Crea la Radio Buena Nueva y un periódico del mismo nombre, con amplia circulación en la Diócesis.

El 2002 a los 78 años de edad, pasa a la condición de Obispo Emérito y le sucede, Monseñor Tomislav Kolyatic. A su despedida asiste el Presidente de la República Ricardo Lagos Escobar.

En el sector norponiente de la ciudad, se ha levantado un amplio sector poblacional llamadas “Las Camus”, en su homenaje y reconocimiento hacia los sectores sociales más necesitados.

 

                                Raúl Balboa Ibáñez