Arturo Alessandri, Visionario Político y Estadista
Al cumplirse 146 años del nacimiento de Arturo Alessandri Palma, en la Hacienda “La Quinta” de Longaví, donde su Padre Pedro Alessandri Vargas la administraba (20 de diciembre de 1868), es imposible sustraerse a recordar esta personalidad tan influyente en la vida política del país del siglo pasado, dejando una impronta reformista como Estadista, cuyos “dichos” se recuerdan. Falleció siendo Presidente del Senado el 24 de Agosto de 1950, a la edad de 82 años.
Político y Estadista
Abogado, dos veces Presidente de Chile (1920 a 1925 y de 1932 a 1938); Diputado por Curicó (1897) donde su familia se radicó, cuando Arturo tenía 5 años de edad; Ministro de Obras Públicas (1898); de Hacienda (1913) y del Interior (1917). Senador por Tarapacá y Antofagasta (1915); por Curicó, Talca, Linares y Maule (1941) y por Santiago (1949), siendo Presidente del Senado, hasta su fallecimiento en 1950.
Calificado por sus opositores de soberbio, arrogante y hasta demagogo por la férrea defensa a los cambios políticos, sociales y económicos que la sociedad chilena necesitaba, que en gran medida logró imponer, gracias a su talento y “fino olfato político”, por ser un orador de fuste y polemista, haciéndose respetar, convirtiendo su personalidad en “genio y figura”.
Tan es así, que en víspera de elección presidencial, en la Plaza Bulnes pronunció un discurso definiendo el triunfo del Radical Juan Antonio Ríos Morales (1942 – 1946), en contra de su rival político Carlos Ibáñez del Campo. En el Congreso Pleno en 1946, ante la primera mayoría relativa del Radical Gabriel González Videla y la segunda del Conservador Eduardo Cruz-Coke, logró que los votos Liberales fueran para el Radical, eligiendo al cuarto Presidente esta colectividad (antes fueron Juan Esteban Montero, Pedro Aguirre Cerda y Juan A. Ríos).
El Gobernante
Impulsó cambios sociales en favor de los trabajadores, especialmente en lo previsional y accidentes laborales; habitaciones para obreros y empleados; Ley de Instrucción Primaria Obligatoria donde se reconoció que la “Educación es una atención preferente del Estado” logrando importantes avances en este campo; defensa del salitre afrontando su crisis; el Estadio Nacional y su obra máxima, la Constitución de 1925 que reemplazó a la Conservadora de 1833, que puso término al régimen parlamentario vigente desde 1891 por el sistema Presidencial y separando la Iglesia del Estado. Fundó el Servicio de Investigaciones (hoy PDI), cuya Escuela lleva su nombre.
Afrontó la anarquía política y militar en su primer gobierno (1920-1925) que lo obligó a renunciar a la Presidencia y asilarse en Argentina e Italia. Una vez superadas fue reelegido para un segundo período (1932-1938).
Todas sus reformas no estuvieron exentas de dificultades y oposición de quienes se oponían a los cambios, logrando este Mandatario imponerse por su habilidad política y mucha pasión, mejorando la calidad de vida de los chilenos, preservando y fortaleciendo el sistema democrático.
Su familia
Contrajo matrimonio con Rosa Ester Rodríguez Velasco el 29 de julio de 1894 y sus hijos fueron: Rosa Ester; Marta; Hernán (Médico y Profesor Universitario); Fernando (Abogado, Senador y Profesor Universitario); Arturo (Abogado y Profesor Universitario); Mario (Médico); Jorge (Ingeniero, Ministro de Hacienda y Presidente de Chile) y Eduardo (Abogado y Senador).
El apellido Alessandri y descendencia es “marca registrada” en el país y extranjero, con Presidentes de la República, Senadores, Diputados, Alcaldes, Profesores Universitarios, profesionales de prestigio en la medicina, el foro y en la formación de empresas.
La provincia de Linares no es ajena, son descendientes por la línea materna (Palma), las familias Benavente Palma de Longaví y el Médico y ex – Diputado Osvaldo Palma.
Discípulo de Letelier
La Revista “Zigzag del 2 de septiembre de 1950, en su edición especial con motivo de su fallecimiento dice: “Cuando llegó el momento de su Licenciatura como Abogado, don Valentín Letelier le aconseja que se aparte de las normas seguidas hasta entonces para optar a grados universitarios…sino algo de práctica importancia, como por ejemplo, un ensayo sobre el fomento de habitaciones para obreros. Aceptó esta indicación de su Maestro y fue el tema de su Memoria y que llevó a la práctica en sus Gobiernos.”
Algunos de sus “dichos”
En 1915 lo bautizaron como “el León de Tarapacá”, por la memorable campaña donde fue elegido Senador, marcada por sus electrizantes y combativos discursos (en boga la cuestión social), en cuyas proclamaciones se cantaba “Cielito Lindo”, con letra en favor de su candidatura, pegando fuertemente en el sentimiento popular de todo el país.
“He venido para vencer y venceré. ¡Nada podrá atajarme ni aniquilarme, dijo en la Plaza de Iquique en 1914!”
“Pese a quien pese, seré Presidente de Chile” gritó en la Plaza de Curicó en 1920”.
En sus discursos, que congregaban multitudes, se dirigía a “mi adorada chusma inconsciente”, la cual le seguía con fervor incondicional y delirante.
“¡Como nos garabateó don Arturito!” comentaron los mineros de Lota, al salir de un almuerzo en la Moneda, poniendo fin a una huelga.
“Ud. siempre a mi lado Escárate…¡Muchas gracias!” le dijo a Froilán Escárate, un fiel y modesto simpatizante que lo despidió en la Estación Ferroviaria, cuando partió al exilio. Alessandri nunca dejaba de saludar al maquinista del Tren Presidencial, cada vez que lo ocupaba.
“¡Soy el mismo del año 20!” exclamó en 1932, al ser recibido triunfalmente para asumir, por segunda vez, la Presidencia.
“No quiero, no puedo ni debo” le manifestó en 1931 a la Comisión que le ofreció la Candidatura Presidencial y rechazarla. Posteriormente la aceptó y ante las críticas, respondió “¿por qué no entendieron lo que les quise decir?”
“No niego las cosas que mando a hacer, ni busco subterfugios”, dijo al ordenar a Investigaciones incinerar una edición de la Revista “Topaze”, agregando que la caricatura era humillante para él…y en definitiva “¿no puede un Presidente darse un gusto alguna vez?”
“Tan agradable y entretenido que es don Arturo…solo que usa muy a menudo esa palabra que empieza con h…”comentó Roxane, escritora y su admiradora.
“Yo conocí mucho a su papá. ¡Qué hombre!” exclamaba, efusivo, a quienes saludaba en alguna reunión importante, en sus recorridos por el país.
Al Palacio de la Moneda, lo calificaba como la “casa donde tanto se sufre”. Calificó como “la canalla dorada” a los Senadores que se oponían a sus reformas sociales, donde el Partido Conservador dominaba el Congreso, por sobre la Alianza Liberal, formada por los Partidos Liberal (su colectividad), Radicales y Demócratas.
“El odio nada engendra solo el amor es fecundo” les decía con afecto a sus simpatizantes, recogiendo el mensaje de Castelar.
(N. del A. Antecedentes de Columna publicada el 21 de enero 2001 y extracto del Reportaje de Januario Espinosa de la Revista “Linares”, titulado “Alessandri un Político Completo.)
Por Raúl Balboa Ibáñez