Teatro Municipal de Linares
“La construcción de un Teatro Municipal data desde principios de 1900; aunque era un proyecto que no admitía discusión, hubo quienes se opusieron tenazmente a su realización, estimado que Linares no necesitaba un coliseo moderno, porque no existía -entre nosotros- gusto artístico, ni las compañías dramáticas tenían interés en visitarnos”.
“A tal punto llegaron las discusiones sobre la materia, que muchos consideraron que el teatro no debía construirse dada la cercanía de Linares a Talca, porque muchos de nosotros podemos ir a aquella ciudad cada vez que quisiéramos oír una cantante o un orador de fama”. (Revista LINARES, Nº 30, abril - junio, 1940).
El Teatro Municipal de Linares, no pudo ser realidad el año 1928, porque muchos pensaron que bastaba con lo que existía. (Revista Linares, Nº 21, página 443,1938). Era el Teatro de la Bomba, ubicado en la Alameda de las Delicias, donde estuvo el Cuerpo de Bomberos (hoy Carabineros de Chile) que construyó en 1902 un gran cuartel para guardar su material, pero el edificio resultó inmenso. A fin de aprovecharlo se hizo una sala de espectáculos.
Así nació el Teatro de la Bomba, que prestó útiles servicios hasta el 26 de abril de 1913, día en que se inauguró el Teatro Victoria, propiedad del cura de la época, D. Roberto Rodríguez V. (Revista LINARES, pág. 454, Tomo IV).
El Teatro Victoria (ubicado en Constitución (hoy Kurt Môller), entre Lautaro y Chacabuco), local que cumplía con el objetivo para ser un lugar de espectáculos públicos como la expresión teatral y la cultura artística en general, tal como lo fuera el Teatro de la Bomba. El empresario a cargo de la sala, Sr. Zamudio, avisa que no podrá abrir su teatro, sino después del 15 de abril, debido a las reparaciones a que está sometiéndose el local. Serán cambiadas las butacas, habrá dos palcos, uno para el Obispado y otro para las autoridades; las demás serán plateas, anfiteatros y galerías.
Diciembre 1933, había preocupación por varias obras de adelanto en la ciudad y se hacen gestiones para construir el teatro en el sitio de calle Independencia, lado poniente del Hotel Royal. Diciembre 1934, son aceptadas las propuestas de los Srs. Leiva y Tagle para construir el nuevo teatro Municipal (Únicos que se presentaron, Revista LINARES, pág. 330, 1935). Enero de 1934, siguen las gestiones para comprar el sitio de Independencia casi esquina de Chacabuco.
La historia del Teatro Victoria registra (enero 1934), que Alejandro Flores y Cía. ofrece tres funciones de gran éxito y con numerosa asistencia; cuyo autor ha establecido como costumbre presentarse al público linarense, a comienzos de cada año; 12 de febrero de 1935 hizo su estreno, la bailarina argentina Libertad Lamarque, a quien se ha dado en llamar la reina del tango (Revista LINARES, Nº 9, página 336, marzo 1935).
Enero 1935, se inicia la edificación del teatro, en el sitio contiguo a la casa del Sr. Valenzuela, en calle Independencia. Octubre 1935, comienza la instalación eléctrica. Octubre 1935, se abrieron las propuestas de arrendamiento de este coliseo; cuya inauguración podría realizarse a inicios del año siguiente.
Febrero 1936, se autoriza al Alcalde solicitar un empréstito para terminar la construcción del teatro. Junio 1936, El alcalde Juan Domingo Palacios encomienda a D. Carlos Rosenkranz instalar el servicio de agua potable del edificio.
Finalmente, el de 24 de abril de 1937, es inaugurado el Teatro Municipal de Linares, con la solemnidad y el brillo que el importante acontecimiento merecía. Sala que viene a satisfacer una verdadera necesidad para el desarrollo de las actividades culturales y artísticas; marcando una nueva era para la ciudad, ya que a la fecha no existía ningún edificio destinado a espectáculos públicos que mereciera genuinamente el nombre de tal.
Las primeras salas, Teatro de la Bomba y el Teatro Victoria, acogieron con cariño y amable hospitalidad todas las actividades espirituales del ambiente provinciano, en cuanto a la expresión teatral y cultura artística, en general. Fueron la cuna de los balbuceantes ensayos culturales y -en su época- cumplieron ampliamente su cometido.
El Teatro Municipal reunía todas las condiciones de belleza, amplitud, acústica y comodidad de una moderna sala. ¿Qué se podía reclamar para la época? El color de su estuco, que desentona con lo artístico a desarrollar un teatro. El recargo de adornos que ostenta su fachada y los motivos arquitectónicos, un tanto anticuados que circundan los balcones (Tomo III, Revista LINARES, pp. 360-361, 24 abril 1937).
Enero 1941, actúan en el Municipal, Alejandro Flores y Rayen Quitral. Marzo 1941, actúa la Orquesta Sinfónica de Chile, dirigida por el Maestro Alejandro Carvajal. Enero 1942, se presenta Romilio Romo y su Cía. dramática.
Registros de las actividades del Teatro Municipal, seguro están en Diario El Heraldo (fundado en 1937), con todo lo realizado allí; donde la ciudad y sus instituciones se congrega para asistir a esas presentaciones; que van formando lo que somos y el valor que tienen para una ciudad que siente y vive lo cultural.
Linares posee un capital cultural y humano muy valioso; que no se puede desconocer. Solo nos falta el lugar para seguir desarrollándolas. No basta con lo realizado cada época estival, en espacios abiertos. La ciudadanía espera ansiosa la reinauguración de esta remodelada sala de espectáculos, para beneficio de todos.
Observemos el detalle, en la foto histórica que acompaña este escrito: la dirección del tránsito vehicular va de oriente a poniente (desde la estación hacia la plaza), reglamentación que posteriormente varió por la existente hoy.
Manuel Quevedo Méndez